En España, hasta la constitución de Renfe en 1941, no existía un sistema unificado de matriculación, cada compañía ferroviaria disponía de un método propio con algunas variaciones.
El sistema utilizado es sencillo, empezando por el frontal de la locomotora, la identificación se forma mediante siete cifras, divididas en dos grupos separados por un guion.
En el primer grupo, las tres primeras cifras indican el tipo de locomotora según el número y disposición de sus ejes acoplados y libres. Su primer dígito se refiere a los ejes libres portadores delanteros o conductores; el segundo a los ejes motores, tractores o acoplados que van unidos con bielas; y el tercer número, a los ejes libres portadores traseros o de arrastre. De ahí vienen algunos de los nombres que definen a cualquier locomotora con una misma disposición de ejes como: Pacific (231), Mikado (141), Mastodonte (240), Montaña (241), Santa Fe (151), etc.
Por otro lado, el segundo grupo, consta de 4 cifras, siendo la primera el número de cilindros y las otras tres el número de serie y número de orden
Es necesario remarcar que si en la placa aparece la letra “F” sobre el guion, significa que la locomotora está fuelizada, es decir, que en lugar de carbón utiliza fuel como combustible.